Accede a Sesiones Semanales; Mensajes en vivo, Encuentros de oraciones, MasterClass, Cursos, y Libros enfocados en tu transformación personal y el desarrollo de tu verdadera identidad en Cristo, como Rey y Sacerdote.
Levantar una comunidad que viva su identidad en Cristo y ejerza influencia del Reino de Dios para transformar los sectores sociales, siendo luz en medio de la sociedad. Apocalipsis 5:9-10.
Guiarte en un proceso de transformación interna profunda a través de herramientas bíblicas, para que puedas impactar tu entorno con propósito, claridad y autoridad espiritual.
Ser tu mentor espiritual y acompañarte en el proceso de transformación, crecimiento y del ejercicio de tu propósito divino en la Tierra.
Es un ministro consagrado, mentor cristiano, con más de 22 años de experiencia, dedicado a ayudar a las personas a vivir una transformación interna real, como punto de partida, para alcanzar un verdadero crecimiento espiritual, matrimonial y financiero, y así, cumplir el propósito en Cristo, de ser agentes de transformación en la sociedad, luz de un mundo en tinieblas.
Antonio Apablaza fue consagrado al ministerio Apostólico en Canadá Montreal en el 2007, y recibió su Doctorado en Teología Ministerial el 2015 en Estados Unidos. También tiene estudios como experto universitario en coaching en Barcelona.
La guía esencial para los nuevos propietarios de empresas
De la idea al lanzamiento: cómo iniciar un negocio
Estrategias de marketing para nuevas empresas
En esta sección, encontrarás respuestas a las preguntas más comunes sobre el cristianismo y las finanzas. Nos enfocamos en ofrecerte una perspectiva bíblica que te ayude a manejar tu dinero de manera sabia, equilibrada y alineada con los principios divinos. Si tienes alguna otra pregunta, no dudes en contactarnos.
No, el dinero en sí mismo no es un pecado. La clave está en cómo lo obtenemos y cómo lo manejamos. La Biblia nos enseña que el amor al dinero puede ser la raíz de muchos males (1 Timoteo 6:10), pero tenerlo de manera justa y utilizarlo para el bien es lo que importa.
La Biblia enseña principios de administración responsable del dinero. Debemos ser buenos mayordomos de lo que Dios nos ha dado (Mateo 25:14-30), dar generosamente (2 Corintios 9:7), evitar el endeudamiento excesivo (Proverbios 22:7), y poner a Dios como prioridad en nuestras finanzas.
La Biblia no promete riquezas materiales, pero sí asegura que Dios proveerá lo que necesitamos (Filipenses 4:19). La prosperidad bíblica está más centrada en tener una vida plena y equilibrada, buscando primero el reino de Dios y su justicia (Mateo 6:33).
No es incorrecto ser rico si se obtiene la riqueza de manera justa y se utiliza para los propósitos de Dios. La clave es no dejar que el dinero controle nuestra vida y ser generosos con lo que tenemos, ayudando a los necesitados (1 Timoteo 6:17-19).
El equilibrio se encuentra poniendo a Dios en el centro de todas nuestras decisiones, incluyendo las financieras. A medida que prosperamos, debemos recordar que la verdadera riqueza viene de seguir los principios de Dios, no de acumular riquezas materiales (Mateo 6:19-21).
El diezmo es una práctica de obediencia y gratitud hacia Dios. Aunque los impuestos se pagan al gobierno, el diezmo es un acto de fe, reconociendo que todo lo que tenemos proviene de Él (Malaquías 3:10). Diezmar no solo apoya la obra de la iglesia, sino que también es una manera de mantenernos humildes y agradecidos.